reseña de saborrrrrr (así al infinito porque está muy sabroso)

Ayer me fui bien solita a consentirme a Crudalia. Si alguien por ahí ha seguido este blog sabrá de mi fanatismo por las micheladas recargadas que se preparan en esas franquicias que, como Neoskin, suelen desaparecer de la noche a la mañana (nunca olvidaré cuando cerraron la de Verachas sin avisar... sniff). Desde que vi que habían abierto un Crudalia por Metro Copilco no se me había quitado de la cabeza ir por un buen Michemato, y ayer, saliendo de casi un mes de presión, que me lanzo solita y preocupada por la idea de ser de esas alcohólicas que hasta solas van a la cantina. Pero ir a Crudalia no es ir por cerveza, es la combinación la que vale: chela, clamato, chile, chamoy, tamarindo y mango... ya se me antojó otra vez. Además el servicio rifa, como quería una torta ahogada y la cocina estaba cerrada, me invitaron una michelada cortesía del cocinero flojo.
En fin, todo esto es para decirles que vayan porque me da miedo que cierren este Crudalia como lo sufrí en el puerto... así que ojalá tengan mucha clientela para que yo siga yendo (ahora sí acompañada) por mis brebajes locos y por la comida que también rifa.

No, no soy alcohólica.