Mi piel envejece y lo noto en cada flexión de brazos y ojos.
Puedo ver a través de mí, traspaso mi mirada y su reflejo que quisiera verse a sí mismo (vanidad), todo para ver a los demás.
Y me convierto en nada, en puros ojos invisibles que miran cínicamente sin que nadie los note o se incomode.
Epílogo.
Necesito vacaciones ya, me prometo hacer algo al respecto.
lunes, 16 de agosto de 2010
tinta negra en cuarto oscuro
Les cuenta Chaparrita de Piña (cuando la botella era de vidrio y sabía rica)
Etiquetas: cabeza loca
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario