miércoles, 30 de enero de 2008

cronos propio y ajeno



Antes lo viví y hoy lo entendí mientras viajaba en el metro... la importancia de respetar nuestro tiempo y el de los demás. Nuestras acciones -como lo dicta la teoría del caos (de la que soy ferviente devota)- repercuten en el ambiente en formas que no podemos imaginar. Lo mío es un ejemplo, que si bien ayer me provocó tremendo berrinche (onda lagrimita de Remi que luchaba por no salir en público), no llegó a más...
Todo comenzó a la una de la tarde cuando Maxi pasó a buscarme a la salida de mi trabajo. Teníamos todo planeado, prepararíamos una pizza napolitana en su casa y de ahí iríamos al cine a ver una peli que nos ha estado dando vueltas en la cabeza desde principios de semana. Sólo nos hacían falta unos cuantos ingredientes, rápidamente pasaríamos a Tienda UNAM por ellos... y la tarde estaba planeada (eso me pasa por obsesiva).
En la caja del súper la báscula electrónica " quesque no servía", por lo que el Don que la atendía nos detuvo como cinco minutos intentando pesar tres míseros jitomatitos que no costaban más de cuatro pesos... Cuando por fin el Señor-Cara-de-No-Pasa-Nada (sic. Maxi) supo cómo funcionaba el aparatejo, nos hizo la cuenta y ésta resultó un tanto estratosférica en relación con lo comprado (un paquetito de queso manchego, los jitomates y un frasquito de orégano).
Ya habiendo pagado, me dí cuenta que nos habían cobrado el precio del queso al doble, por lo que tuvimos que regresar y avisarle al diestro cajero sobre su error... Para esto la burocracia se pinta sola:
El cajero llamó a su supervisor, quien con palillo en la boca y lente oscuro, al más puro burócrata-style, resolvió que para regresarnos el dinero había que hacer una dificilísima transacción en caja... nos hicieron esperar otros quince minutos... y para nuestra mala suerte, en el momento en el que se rompían la cabeza resolviendo cómo nos devolverían la lana, se fue el sistema de cobro (¿a dónde se fue?). Minutos después, sin un "disculpe", nos fue devuelta la cantidad de $26.40, pero no nuestro tiempo.
Yo salí verde de coraje.
El caso de este episodio que no debía de haber tardado más de 10 minutos, pero que se convirtió en una odisea de más de media hora, sudor y lágrimas, es que por la distracción de un señorcito se nos deshicieron los planes... ya no pudimos alcanzar la peli que queríamos ver, y comimos la pizza como muertos de hambre por la demora excesiva...
Uno nunca sabe cómo nuestras acciones repercuten en la vida de los demás, y siendo egoístas, en nuestra propia vida. Por eso decidí que mientras esté en mis manos poder resolver cualquier contingencia, no dejaré que pase mucho tiempo... no se sabe en qué forma se puede estar afectando los planes de terceros...
O la otra vía de resolución es dejar de ser una capataz controladora, pero no quiero :P

1 comentarios:

Maximiliano dijo...

antes ue nada, "turbo diario" es la mejor etiqueta que he conocido en la vida blogger :) cheerful a mas no poder.

lo de ayer fue una odisea tremenda. totalmente impensada. la tecnología de punta de las cajas de la tienda se comieron al hombre burocrata. o mas bien, confabularon maliciosamente contra nuestro mix pizza//XXY

"I´m lost in the supermarket"... al menos si el cadaver de strummer hubiese estado ahi la cosa hubiese tenido mas epica, ponele, monada mogollona :)

lo cierto es que al final nos salimos con la nuestra a medias y pudimos saborear una rica pizza monita arañesca , jjjjjj ;)... una pequeña victoria para nuestros paladares ante las corporaciones tecno/burocraticas que siempre nos la quieren cagar.

muak!!!

te amo a mas no poder flaca, ante eso (el amor, si) los combates cotidianos se pueden ir a tomar ya-saben-donde!!! XD

 

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