martes, 3 de febrero de 2009

El sueño más real que he tenido fue el de esta noche

Tuve dos embarazos muy seguidos. Cuando el mayor de mis hijos tenía un poquito más de un año, nació el segundo bebé; soy mamá dos varones morenos-bronceados con ojos grandes color miel, rasgos muy simétricos, preciosos; cuando crezcan van a ser igualitos a su papá, para mí sus caras son toda una revelación.

Mi esposo es libanés, sé que me quiere pero no lo demuestra mucho, me da miedo que con esta racha de preñez y lactancia que ya lleva dos años él pierda el interés en mí (anotación mental: en cuanto pase la cuarentena quiero meterme al gimnasio). Cuando llega a casa lo primero que hace es cargar al mayor mientras yo paseo al recién nacido en mis brazos, camina a mi lado y me estampa con toda naturalidad un beso rápido y ligero en la boca. Sé que me quiere. Ahora sé que me quiere.

Yo dejé de ejercer mi profesión desde que comencé a sentir las primeras náuseas hace un par de años, adiós méritos y logros personales. Él es sobreprotector y nada material me falta a su lado; ese es su argumento para mantenerme fuera del mundo laboral. Se me ocurre decirle que casi no tengo recuerdos de mis embarazos y él sólo atina a contestarme con su tonito de superioridad:"¿para qué quieres tener recuerdos de tus vómitos y mareos?". Sé que me quiere... sólo sé. Si conseguí todo lo que quería, ¿por qué ahora tengo esta sensación de malestar?

Nos visita mi tía querida, ella no tiene hijos aunque está en perfecta edad para hacerlo, es joven y yo siento que me embaracé demasiado temprano. La veo de lejos con cierta envidia, tan libre, tan egoísta, tan arreglada, tan linda; pero no me malentiendan, amo mi vida, cada vez que veo a mis niños me parece que es la primera vez que los tengo en mis brazos. Es la primera.

Vestiditos de azul, con su perfume inconfundible y delicioso; el grande cada día más guapo, como su papá; el pequeñito tan indefenso, necesita tanto de mí. Y yo en medio de la vida, viéndola pasar encerrada entre tres hombres que me dan miedo y consumen todo mi tiempo, pero que son toda mi felicidad.

4 comentarios:

jon dijo...

??????

Jeje no entendí.

Un abrazo.

-®- pIpO -®- dijo...

Y cuando desperte... era solo un sueño o no???:S ... segun entiendo es algun miedo?? o algo por el estilo pfff... creo que tampoco entendi ¬¬

Ale dijo...

Se por lo que pasas por que mi hijo tiene 6 años y me embarace de el en mi ultimo semestre de la carrera, sentía que mis años de estudio se habían quedado en el olvido y eran un recuerdo borroso y mis sueños de trabajar en lo mio (soy publicicsta) estaban mas lejos que nunca, mi marido igual es super protector y nada me falta, pero hay días en que quisiera ser yo la que sale a trabajar, que tengo tantas cosas que hacer y vivir...entonces miro a mi hijo y recuerdo que todo lo que haga o no haga vale la pena por la sonrisa de mi enano.
Creo que eso que piensas es algo que a toda madre joven nos pasa por la cabeza. Sin remordimientos y a seguir con los enanos!

Anónimo dijo...

Creo, sin temor a equivocarme, que eso mismo pensamos y/o sentimos tooodas las mamás-esposas.

Al final es una especie de miedo que en realidad, no asusta, sino que gusta ;-)

 

design by suckmylolly.com